La nacra en el Mar Menor

El Mar Menor es una laguna litoral hipersalina, situada en el sureste del litoral español, en la costa de la Región de Murcia. Posee una superficie de 135 km2, una profundidad media de 4,87 m y un máximo de 7 m (Baraza et al., 2004, Fraile et al., 2018). Esta laguna está separada del Mar Mediterráneo por una banda arenosa llamada “La Manga”. Su condición de aislamiento, la poca profundidad, la elevada evapotranspiración y la escasez de aportes naturales de agua continental le confieren unas condiciones ambientales que determinan su alta singularidad ambiental y ecológica. Sin embargo, es precisamente esta singularidad la que lo hace particularmente vulnerable a los impactos de la actividad humana.

Sus fondos albergan diversos tipos de hábitats que varían entre fondos arenosos, sebadales (praderas de Cymodocea nodosa), céspedes del macrófito Caulerpa prolifera o fondos fangosos. Asociados a estos hábitats podemos encontrar especies protegidas y emblemáticas: diferentes especies de sygnatidos como la aguja (Syngnathus abaster) o los caballitos de mar (Hippocampus guttulatus), peces  como la anguila (Anguilla anguilla) o el bivalvo “Alas de Angel” (Pholas dactylus) .

Caballito de mar (Hyppocampus guttulatus) (fotografía de Andrés Izquierdo)

Otra especie emblemática en la laguna es Pinna nobilis; a pesar de ser muy abundante en la costa mediterránea colindante con la laguna, estuvo ausente hasta principios de los años 80 del s. XX (Rodriguez Babio y Navarro Tárraga, 1983); desde ese momento colonizó más del 50% de la superficie lagunar, con zonas de alta densidad de individuos (Giménez Casalduero et al., 2013; Belando et al., 2018). Se estima que antes de 2016 existía una población superior al millón y medio de ejemplares.

A partir de la segunda mitad de 2015, comenzó una proliferación masiva de fitoplancton en la laguna (Aguilar y Giménez-Casalduero, 2016; Aguilar et al., 2016) y en la primavera de 2016 se alcanzó un estadio de eutrofización grave que culminó en un “colapso ambiental”. Gran parte de la vegetación bentónica muere, y la descomposición de la materia orgánica provoca un elevado consumo de oxígeno (Comité de Asesoramiento Científico del Mar Menor, 2017; Belando et al., 2018). Como consecuencia, los organismos bentónicos mueran de forma masiva, incluida gran parte de la población de Pinna nobilis.

Campo de nacras, con varios ejemplares a poca profundidad.
(fotografía de Andrés Izquierdo)


Muestreos realizados en 2017 confirmaron la mortalidad de más del 90% de las nacras del Mar Menor debido al proceso de eutrofización, y una ocupación inferior al 11 % de la existente antes de 2016. 

Los análisis realizados en individuos supervivientes en el interior de la laguna confirmaron la ausencia de Haplosporidium pinnae. Estos datos preliminares abren una puerta para, en caso de que se restauren las condiciones ambientales de la laguna, el Mar Menor se convierta en un importante reservorio de Pinna nobilis del Mediterráneo occidental.




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